La nueva historia marcada básicamente por el sexo y no necesariamente el lujurioso deseo vino de parte del sexo masculino, sino que fue solo y exclusivamente mio.
Anteriormente cuando lentamente estaba decantando ese veneno introducido dentro de mi ser. Había conocido a una persona que me hizo llevar mas allá el concepto del sexo casual a un estado de "Yo quiero, vos me lo das", y lentamente comencé a conocer mis gustos de esos bajos instintos. Quien me lo daba era digno de seguir en mi lista y quien no era desterrado. Digamos que siempre me destaque de elegir con quienes acostarme y si me parecían atractivos.
Y el nuevo personaje personaje se jactaba de que me había parecido atractivo. Por mas que su supuesto amigo por razones que todavía desconozco o no quiero reconocer, lo regalo con moño y todo.
Todavía recuerdo que en mi mente se repetía la frase "Yo a ese me lo llevo a la cama" y así fue. Fue en el mes de mayo o abril cuando solo lo había visto una vez (dos veces contando cuando lo mire y no sabia que lo iba a conocer, medio enredado pero resulta ser que lo había conocido cuando en el verano con mi madre fuimos a comer a un parador y el atendía)
La particularidad que tuvo ese personaje con respecto al conocido/amigo. Era su gran afición a objetos y mundos imaginarios que alguna vez invadieron mi ser, cuando aun era una niña llegando a la pubertad.
Si bien este año alejada de luces de altar, de aulas de estudios teológicos y sueños de alguna vez pisar como estudiante en el Instituto.
Desde el año pasado ya había comenzado a recordar a través de pequeños pantallazos de recuerdos nostálgicos, mezclados con aires de dulzura y amargura.
Solo unos pocos saben porque me aferre (me aferro) a esos mundos imaginarios, ya que no son solo personajes de mi niñez sino fueron y son escapes de dolores que sentia en ese momento.
Me reconfortaba saber que existía una noche llenos de edificios con luces, que un león en forma de peluche cabezón te cantaba "Tranquilízate y relájate"
Siguiendo con la trama me encontré con sorpresas al llegar ese encuentro improvisado, ya que durante la semana no sabia a ciencia cierta si nos veríamos, sin embargo al llegar al sábado con planes confirmados me dio la noticia que si podía ir.
Yo de naturaleza caprichosa y siguiendo lo que por mi cabeza se había cruzado ese martes de abril, cuando cierta persona hablaba rasgando lentamente la poca fe que les tenia a las personas sobre el amor del cual hablan las novelas y películas románticas.
La decision ya estaba tomada. No deseaba ser princesa de nadie, ni la hermosura. Ni pensar en seres irreales vestidos de sapo o príncipes y YA NUNCA, JAMAS envenenarme de de pociones en forma de lindos acertijos enviados por mensajes escritos.
Con mucho nerviosismo me dirigí a mi destino, no nerviosa de que me pueda pasar, sino era la sensación que me sentía toda una rebelde por mentir para solo cumplir con ese capricho. Y un poco frustrada de tener que mentir siendo ya adulta.
Al llegar me encontré con una ciudad lluviosa, un poco anonadada por su tan amigable saludo de abrazo de oso y por presentarme a sus padres. Por momentos pasaba por mi cabeza, no creo que ocurra... No quiere tocarme ni con un palo.
Sin embargo al correr la noche ese deseo carnal salia de mi ser y era demasiado explicito cuando sentencio que dormiríamos juntos. ¿como es eso? Yo lo quería besar, es cierto, deseaba saber que tal besaba. Pero el ni imutaba, así decidí arriesgar y comente que "Quería besarlo"
Arriesgada o no. Lo inolvidable de esa noche no fue el beso sino la excitación de saber que estaba dejos de mi ciudad, que nadie a excepción de el y sus padres o la morbosidad de saber que manteníamos relaciones sexuales en la habitación de en frente en donde sus padres dormían. Lo raro era que me sentia y me siento la rogada. Odie la forma de como comenzó. La detesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola!! Gracias por ser uno mas de leer mis aventuras y sobre todos
QUE DIOS TE RE BENDIGA, AMIG@!!